El nepotismo es un término que proviene del latín que significa hijo o, más usualmente, sobrino o descendientes. Existe una gran cantidad de definiciones de este término en las que la mayoría de estas indicaciones se centran en características de lugar, tiempo, sociedad, etcétera; a fin de cuentas, todos están con esa hipótesis cultural. Superando esa heterogeneidad, no hemos encontrado una definición que cumpla con nuestras exigencias. Cuando hemos llegado a esta, nos hemos dado cuenta de que carecía de determinados aspectos. La cuestión, pues, es la de realizar un esfuerzo de integración y, si es posible, de perfección. (García and Pérez 2022).
El nepotismo no es un fenómeno que encaje muy bien en las categorías académicas de las ciencias de la política: es algo un tanto ambiguo. Es un fenómeno ambiguo al que no otorgan conceptos adecuados las orientaciones actuales. Es, a la vez, una forma primitiva de incorporación. El nepotismo no es una peculiaridad de los países de reciente democratización. En Europa, el nepotismo es algo que sucede en la zona sur del continente. Asignar un puesto de trabajo u otro tipo de recurso con base en criterios de pariente o afines. En este esquema se establece, por parte del patrono, un vínculo de parentesco o amistad determinado con el posible receptor del recurso.
Manifestaciones del Nepotismo en la Democracia Mexicana
El nepotismo reproduce una clase dirigente, representada mayoritariamente por políticos que asumen responsabilidades en diferentes formas y niveles de gobierno. Este hecho es una forma de controlar la administración pública, construir redes políticas, obtener ingresos y seguridad, o mantener la prevalencia de una familia dueña del poder. Esto se interpreta porque existe una renuencia, reclamo y presión democratizadora popular que intenta presionar a las autoridades gobernantes para que se les tome en cuenta como fuente de poder legítima en un sistema democrático. Entrando en el análisis del nepotismo, se observan prominencias a lo largo del país, por ejemplo, en estados como Yucatán, Campeche, Veracruz, Nuevo León y Tlaxcala. Dicho fenómeno exhibe una presencia de fuerte influencia empresarial en el actuar político; los lazos laborales, patrimonialistas, profesionales y corporativos unen las asociaciones y redes del poder económico, jurídico, sociopolítico, ocupacional, gubernamental y sindical. Existen notables diferencias a lo largo del país, pero a pesar de ellas, los nexos de poder empresarial, particularmente financiero e industrial, resultan una tremenda fuerza para delinear las políticas nacionales y estatales. (Montaño et al.)
El nepotismo es apreciado como una forma de descaro no disimulada, por lo tanto, ocupa notas en la prensa nacional en periodos previos a los procesos electorales, o para criticar a las administraciones, reforzada por las descalificaciones y denostaciones provenientes de los medios al servicio del Gobierno del Distrito Federal o bien de la oficialista. En regiones rurales y colindantes con la capital, la situación cambia, incluyendo la información proveniente de medios nacientes y pequeñas comunidades marginadas, o dentro de la impresión diaria de renombre en el corredor comercial del país, por lo que es entendido por muchos como un espacio informativo particularmente apto para satisfacer objetivos promocionales propios de intereses individuales o grupales.
Caso de Estudio: Nepotismo en el Sector Público
El país, ya que lo utilizaban como un mecanismo de control y presión sobre el resto de la población. También era congruente usar el cargo público para agradecer o permitir a los verdaderos amigos o apoyadores de las líneas políticas consolidadas. A pesar de
todos estos hechos, el nepotismo era muchas veces considerado como menospreciado, y las autoridades se caracterizaban por buscar evadir públicamente un comportamiento nepotista. Siempre debían amenazar al nepotista acusándolo de amenazar la estabilidad del poder político, su autoridad y presentar otras argumentaciones en las que el nepotismo resulta negativo para la estructura de su gobierno. (Yáñez Flores)
El nepotismo ha terminado avanzando de manera irreversible, ya que dicha problemática se ha asentado y ha permitido el paso de las generaciones de servidores públicos. Hoy en día no existe un escenario en el que las instituciones omnipotentes, amigos del
nepotista, sean erradicadas en su totalidad. Las características de una renombrada crisis democrática: la impunidad, el nepotismo y la descomunal corrupción, hacen que para los ciudadanos resulte intolerable tanta injusticia, avaricia y comodidad del gobierno, mismos que referían una grave molestia hacia el desarrollo social en el que se encontraba.
¿Hipócritamente criticaban la corrupción o se habían convertido en cómplices de un sistema que había institucionalizado prácticas de manejos turbulentos y turbios de los asuntos públicos? Inertes, conformados y resignados, buscando la seguridad, la
comodidad, la indolencia y la sobrevivencia física; pero, sobre todo, la tranquilidad familiar.
Conclusión
El nepotismo es un problema multifacético que afecta a la sociedad en todos sus sectores y rubros, desde el empresarial, político, familiar y social; está muy arraigado en nuestra cultura y mucho más en la sociedad. La compleja problemática nos brinda líneas de acción a través de cambios estructurales dentro de la administración pública, pero también en las dinámicas relacionales a nivel personal y social que puedan posicionar nuevos modos de enfrentar la corrupción concerniente con el papel del trabajo
institucional.
En un sentido más amplio, la participación ciudadana supone la implicación del ciudadano común en el gobierno y la sociedad. Está compuesta por dos vertientes: la vertical, que nos plantea la implicación de los ciudadanos en la toma de decisiones
políticas, y la horizontal, que asume la integración de los ciudadanos en la resolución de asuntos comunitarios que no tienen necesariamente un carácter político, sino que se sustentan en la responsabilidad personal para con la comunidad. A este respecto es interesante los mecanismos de control político sobre el poder, entre los que se define a la participación ciudadana como el más importante, puesto que es capaz de ver, oír, oler y denunciar el olor a corrupción.
Autor: Neiva Cecilia Salas García, alumna de 4to semestre de la maestría en Gobierno y Administración Pública.
