Seguramente en tu última incursión por las redes sociales (Facebook, Instragam, TikTok, YouTube, etc.), te has encontrado con algunos canales en los cuales se ofrecen soluciones tan diversas como lo son los problemas y los sueños de los individuos. Uno de los que más impacto ha tenido en fechas (no tan) recientes es el tema financiero, y aunque existen canales cuyo contenido aporta información importante para el cuidado y mejora de las finanzas personales, también hay muchos cuyo material aporta solo una ilusión, un espejismo en el desierto del sistema económico mundial y que se sirve de la desesperación de la gente por salir de alguna situación económica complicada. Se vende la idea de que ser «godín» es malo y ser emprendedor (o mejor si llegas a ser empresario) es lo ideal.
Las redes sociales pueden ser un gran instrumento para llevar la información a un público mucho más amplio, aunque esto requiere primero comprender bien el tema, sintetizar el contenido, buscar la mejor manera de explicarlo, y en ningún caso (idealmente), simplificar las ideas a formas absurdas y sin sentido para llenar de seguidores a los «gurús de las redes». No es intención de este escrito hacer un listado de canales ni de sitios web que venden la idea, con palabras más, o palabras menos, del «pobre es pobre porque quiere». Algunos puntos en común sobre el «éxito» que estos gurús comparten:
1) Tu ideología y tu actitud determinan tu éxito y la riqueza que puedes alcanzar.
Como si trabajar más garantizara un mayor ingreso mensual y un mayor bienestar. Podemos ver en diferentes centros de trabajo a la gente pasando jornadas extenuantes, muchas no solo de ocho horas al día, sino de 12 o más, y no por ello se logra un ingreso de clase media (sí, esa que gana más de $50 mil al mes). Con datos del INEGI (retomados por el portal de
reclutamiento Indeed.com), encontramos que entre profesionistas y técnicos se tiene un ingreso promedio que oscila entre $4,090 hasta los $12,823, con los menores ingresos en los grupos de menor edad, con una tendencia promedio a favorecer a los hombres aunque esta tendencia se invierte en los individuos de mayor edad, siendo las mujeres quienes alcanzan un mayor ingreso (el tema de la diferencia salarial por género no es objeto de este escrito, solo una anotación al margen). Entonces, puedes ir con la mejor actitud a trabajar, hacer más horas, pasar más tiempo en la empresa, y reducir el tiempo para la familia, para el esparcimiento, para dormir, creyendo que tienes que esforzarte más para alcanzar aquellas
metas que nos venden como los ideales de la vida postmoderna.
2) Invierte una parte de tu salario para que alcances la libertad financiera.
Algo que se ha viralizado en redes y se ha convertido inclusive en «meme»: consejo millonario, no compres una casa, mejor compra cuatro departamentos, vive en un uno y renta los otros tres.
Invierte el 50% de tu salario. Como se ha tocado en el párrafo anterior, el salario promedio en México entre personal técnico y profesionistas es de cuatro a doce mil pesos. Si consideramos el costo de rentar un lugar donde vivir, el pago de transporte (sea cual sea), el costo de los alimentos, de los servicios básicos, si hay o no enfermedades en los miembros de la familia, entonces, el costo de vida podría elevarse hasta los 21 mil pesos mensuales (Serrano Jauregui, 2021). Entonces surge la pregunta, ¿es posible invertir el 50% del salario?
Es cierto que la conducta de los individuos puede mermar su economía familiar, como los llamados gastos hormiga, que son una fuente constante de salidas y se pierde capital que podría ser mejor aprovechado; sin embargo, hablamos aquí ya de un privilegio que no todos tienen: llevar dinero consigo para comprar algo, lo que sea, fuera de casa, como el café de la
sirena, o las papas fritas de la sonrisa, el pan del osito, entre muchos otros.
En las diferentes redes sociales vamos a encontrar canales con el eslogan de «mentalidad de rico vs mentalidad de pobre». Volviendo a la típica frase descalificadora: «el pobre es pobre porque quiere», debe aclararse lo siguiente, la gente en situación de pobreza no quiere ser pobre, pero resulta un buen eslogan publicitario para vender cursos que prometen aportar las estrategias necesarias para convertirse en millonario, pasar de pobre a rico, de godín a empresario, llegar al siguiente nivel. Algunos canales incluso colocan frases como: Trucos Psicológicos para obtener (agrega aquí lo que quieras).
¿Qué aporta la Psicología a estas situaciones? ¿Cómo lo explica la Psicología?
En un mirada la Humanismo encontramos la Teoría de la Jerarquía de las Necesidades de Abraham Maslow, que de manera didáctica ha sido simplificada en lo que muchos conocen como la Pirámide de Maslow, que tiene en la base las necesidades
fisiológicas, le siguen las de seguridad, sociales (de afiliación), de reconocimiento (de autoestima), y de autorrealización. Pueden tener otros nombres, pero básicamente lo que esta teoría indica es que todo individuo tiene una serie de necesidades que debe satisfacer (García-Allen, s/a).
En una primera instancia, hablemos de las necesidades fisiológicas (básicas):
alimento, descanso, sexuales, aseo, ejercicio, etc. Si estas necesidades no se cubren de manera satisfactoria, ¿cómo podemos pensar en las demás? Es posible que hayamo escuchado frases como: «se piensa mejor con la panza llena», «barriga llena corazón contento», «las penas con pan son buenas», entre otras que hacen referencia a la bondad de los alimentos. Sin embargo, no solo se trata de saciar el hambre, sino de hacerlo de manera saludable y evitar enfermedades que pueden surgir. Hoy hablamos más del sobrepreso que de las anemias (consecuencia ambas de alimentación deficiente). La higiene personal para
evitar enfermedades, cuidar del cuerpo, hacer ejercicio, realidades para pocos y aspiraciones para muchos. No se cubren estas necesidades en una buen parte de la población.
¿Existe seguridad en los trabajos? ¿Seguridad en las calles? ¿Seguridad en las relaciones? ¿Seguridad de propiedad privada (tener un lugar donde vivir)? Si alguna de ellas tiene como respuesta un «no», o si varias de ellas tienen como respuesta un «no», entonces tampoco se pueden satisfacer algunas necesidades del individuo (y de su familia). En una época en la que estamos más conectados a la redes que a las personas es complicado generar adherencia a los grupos sociales y sin embargo, es una necesidad importante. Ahora consumimos más contenido por redes sociales, por medios de comunicación masiva, que por
la interacción con otros.
Solo con estos tres niveles de la pirámide de Maslow (fisiología, seguridad, y afiliación) podríamos evidenciar que en las situaciones de pobreza es complicado pensar en algo más, en como dicen esos supuestos gurús, pensar en el siguiente nivel, porque cuando te visualizas y te comprometes con ello, lo logras. Insistiré en esto, no es que no se quiera, no es que no se visualice una mejor calidad de vida, no es que no se desee salir de la situación actual o mejorarla, es que no se tienen los recursos para ello. Y ahí es donde estos «vendedores de espejitos» hacen más daño, venden el concepto de éxito como parte del mérito personal, del «échale ganas», de que los resultados dependen sólo de tu esfuerzo y tu compromiso con tu visión de ti mismo.
¿Por qué no depende exclusivamente de uno mismo?
Tomaré como base la Teoría de los Campos de Pierre Bourdieu. Un campo está determinado por la existencia de un capital común y la lucha por su apropiación. Se entiende por campo al conflicto entre diferentes actores por el acceso a los recursos específicos del mismo, y su estructura se determina por la interrelación de los actores involucrados. Es decir, un campo se define en términos de las relaciones entre individuos, que van más allá de la conciencia y de los deseos de los individuos, con una determinada distribución de las relaciones de poder (que son impuestas por la misma estructura del sistema), y que tienen
una forma particular de capital (Chihu Amparan, 1998).
Bourdieu hace mención de los capitales: económico, que son los recursos monetarios y financieros; social, que define las relaciones y la pertenencia a grupos sociales y organizaciones; cultural, disposiciones y hábitos adquiridos en los procesos sociales, adquirido en forma de educación y conocimiento, y simbólico, formado por percepción, juicio, definición de valores y estilos culturales, morales y artísticos.
Con base en lo anterior, la posición social se define por la acumulación de estos capitales, y hay tantas distribuciones de los mismos, formas tan heterogéneas de acumulación de los mismos, que no todos tenemos la misma disposición de ellos. En los
campos económico, político, científico, artístico y cultural, hay quienes son poseedores de capital y quienes son desposeídos, y esto puede verse no solo en la actualidad, sino a lo largo de la historia del ser humano. Por ejemplo, no todos tienen acceso al capital artístico o científico, salvo quienes tienen el capital económico y simbólico que les permite acceder a los otros. Asimismo, los capitales pueden convertirse en otras formas de capital. De este modo quienes han acumulado capitales pueden intercambiar o transformar el capital que poseen por alguno que no tienen en su poder. Veamos el caso de quienes ingresan a las escuelas, un determinado capital económico y social permite ampliar el capital cultural. La cuestión del capital social no se refiere únicamente a contar con una gran cantidad de conocidos, sino que además, en dichas relaciones exista también una cierta distribución de los capitales, de modo que un determinado campo haya intercambio o transformación de capitales (Chihu
Amparan, 1998).
¿El pobre es pobre porque quiere? No, no es así. En la investigación realizada por Portales (2014), se define la relación entre el capital social y la pobreza multidimensional en hogares pobres de Monterrey, Nuevo León. Concluye que la diversidad de relaciones sociales permite una integración para mejorar la calidad de vida, para alcanzar objetivos que de no estar integrados entre sí no se podrían alcanzar.
«A pesar de esta integración como estrategia de vida en la dinámica de los hogares, es importante mencionar que no basta con contar con una gran variedad de relaciones para acceder a mejores condiciones de vida, sino que es necesario que éstas se presenten de una forma estratégica, es decir, permitan acceder a recursos económicos, sociales, institucionales y humanos diferentes. De lo contrario se corre el riesgo de mantener sus patrones de exclusión y pobreza, dándole al fenómeno un
aspecto crónico que cada vez será más difícil de superar.» (Portales, 2014).
Lo anterior invita a reflexionar sobre la forma en la que vemos a la pobreza, que es resultado de la interacción de múltiples factores, que no puede reducirse de manera simple a la carencia de capital económico, que requiere intervenciones multidisciplinares para mejorar las condiciones de vida de los hogares pobres.
Por último, considero de gran relevancia hacer mención a los mensajes en las redes sociales, tema con el que inició este breve escrito. Dejemos de creer en las novelas romantizadas de cómo alguien «brillante» pasó de ser pobre a millonario, que iniciaron desde cero y que ahora son dueños de grandes fortunas. Revisemos sus historias, y encontraremos que no solo fue el capital cultural (educación, formación en una determinada área del saber, etc.), sino que dependieron del capital social, de alguien que los impulsó. Que en su campo, hubo quien tenía un mejor capital social, que aportó a algún poseedor de mayor capital económico quien fue convencido de invertir en un proyecto nuevo que podría resultar en mayor capital económico. Es una transformación de capitales, es el intercambio entre los individuos, el aporte de otros grupos sociales, no solo el resultado de la «meritocracia» y el «tu esfuerzo se ve reflejado en tus resultados». No significa que no hay que dar lo mejor de uno en cada tarea, no significa que no debamos trabajar, sino que este escrito pretende ser una invitación a reflexionar sobre nuestra percepción de la pobreza y las formas que el mismo sistema nos vende para salir de ella, siendo muchas solo una «bandita elástica» en la
herida profunda de la desigualdad social.
Referencias
Chihu Amparan, A. (1998). La Teoría de los Campos en Pierre Bourdieu [Documento electrónico]. http://dcsh.izt.uam.mx/cen_doc/cede/POLIS/1998/Polis-1998-180.pdf
García-Allen, J. (s/a). Pirámide de Maslow: la jerarquía de las necesidades humanas.
Analizando uno de los artefactos teóricos más famosos: la jerarquía de necesidades. [Texto en línea] https://psicologiaymente.com/psicologia/piramide-de-maslow
Indeed (8 de noviembre de 2021). Salario promedio en México por edad y escolaridad. https://mx.indeed.com/orientacion-profesional/pago-salario/salario-promedio-mexico-edad-escolaridad
Portales, Luis. (2014). Capital social y pobreza multidimensional, el caso de hogares pobres en Monterrey, México. Convergencia, 21(66), 39-63.
Serrano Jauregui, I. (2021). Canasta básica sube de precio 19.20 por ciento durante últimosemestre. [Texto el línea]. https://www.udg.mx/es/noticia/canasta-basica-sube-de-precio-1920-por-ciento-durante-ultimo-semestre