Corrupción en la educación: el impacto en los jóvenes

"Cuando hay corrupción, los derechos humanos desaparecen"
- Olajobi Makinwa, asesora principal para África, en el Pacto Global de las Naciones Unidas.

La corrupción es uno de los mayores problemas que afecta a las democracias, se involucra a la sociedad en general, su origen evidentemente, data de varios años atrás. Podría definirse incluso como un problema sociocultural, el mal uso de un cargo público para obtener beneficios propios, o como un acto que afecta al cumplimiento de leyes, es decir, imposibilita la existencia del Estado de derecho; en general, es un problema serio que afecta a todos los sectores de la sociedad.

Desde el punto de vista de los DD.HH la corrupción logra ser vista como un impedimento en el cumplimiento de la obligación del estado de velar y proteger estos derechos. La práctica común de actos de corrupción origina una deslegitimación hacia los poderes públicos, así como a las instituciones y /o dependencias gubernamentales sin importar el nivel de gobierno. La corrupción provoca entonces, que la percepción de los ciudadanos hacia las instituciones resulte afectada, disminuyendo en ellas
paulatinamente, su confianza.

La organización Transparencia Internacional, popularmente conocida por emitir el indicador global de referencia sobre la corrupción, ubica a nuestro país a la par de naciones como Iraq y Nigeria, en índices de percepción de corrupción. De acuerdo con las cifras dadas a conocer por el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC), publicado en la página oficial de Transparencia Internacional, en 2 años, México ha descendido 16 posiciones en el ranking, pues pasó de ocupar la posición 124 en el año 2020, a la posición 140 en el año 2024, de entre los 180 países evaluados.

La lucha contra la corrupción y a favor de la transparencia es, como pocas, una tarea en muy buena medida ciudadana (Jaime Cárdenas, 2005). Así pues, la corrupción está identificada mayormente como un problema social, no es un fenómeno nuevo, ni aislado, existe dentro de todos los ámbitos en el Estado y eliminarla no depende únicamente de las Instituciones, es más bien una tarea de la sociedad trabajando en conjunto para la erradicación de estas prácticas.

La Juventud en el centro de las políticas públicas

En el año 1999 fue creado el Instituto Mexicano de la Juventud, por sus siglas IMJUVE, como una entidad del Gobierno Federal dependiente de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, cuya función radica en la elaboración de políticas públicas a favor de los jóvenes para otorgarles las herramientas necesarias en educación, salud, empleo, entre otras. Cuenta con instrumentos de investigación que dan cuenta de los cambios demográficos, socioeconómicos, y políticos, para crear programas que respondan a las demandas y necesidades de los jóvenes. La ley por la que se crea dicho instituto, en su artículo 2° define a la juventud como la población cuya edad queda comprendida entre los 12 y 29 años. Sin embargo, no existe una definición internacional universalmente aceptada del grupo de edad que comprende el concepto de juventud. En el ámbito internacional, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) define a los jóvenes como las personas de entre 15 y 24 años de edad, empero, esta definición puede variar de un país a otro, según los factores socioculturales, institucionales, económicos y políticos.

De acuerdo con datos de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en la actualidad, hay 1.200 millones de jóvenes de 15 a 24 años, es decir el 16% de la población mundial. En México, los jóvenes representan una porción considerable de la población, según cifras del INEGI, para el año 2024 el 23.8 % del total de la población, eran jóvenes (de 15 a 29 años), es decir 31 millones de personas de los cuales el 51.1% eran mujeres y 48.9 % hombres. Según su edad, 35.8% tenía de 15 a 19 años, 33.9% de 20 a 24 años y 30.4 % de 25 a 29 años.

Pero, ¿Cuál es la relación entre la corrupción y la juventud?

Los jóvenes, pueden llegar a ser vulnerables a los diversos tipos de corrupción que conllevan impactos negativos en las diversas esferas dentro de una sociedad. Las políticas anti-corrupción implementadas por los Gobiernos en turno, a través de sus dependencias y/o entidades, pueden lograr informar a los jóvenes respecto de los efectos que trae consigo la corrupción, y con ello involucrarlos a través del activismo social para erradicar este tipo de prácticas.

Es cada vez más común que los jóvenes exijan más oportunidades, programas sociales, cuentas claras, y que demanden ser tomados en cuenta en los asuntos públicos del país, por ello, es menester que los jóvenes conozcan los desafíos a los que se enfrentan al momento de tener acceso a servicios que brinda el Estado, como la educación, salud, empleo y un largo etcétera. A saber, los resultados de la encuesta del Barómetro Global de la Corrupción 2019 de Transparencia Internacional revelaron que, las personas de entre 18 y 34 años tienen más del doble de probabilidades de pagar un soborno, que las personas mayores de 55 años.

En el mismo sentido, la encuesta My World, The United Nations Global Survey for a Better World la cual mide la actitud de los jóvenes frente a actos de corrupción, asegura que, en su mayoría, son los jóvenes quienes tienen actitudes de desaprobación y rechazo hacia las instituciones gubernamentales, y perciben que los actos de corrupción tienen repercusiones negativas en sus vidas.

¿Cómo impacta la corrupción a los jóvenes?

Responder a esta pregunta es, sin lugar a dudas, una tarea difícil, sin embargo, se puede advertir que los actos de corrupción afectan el acceso a la educación, provocan la falta de oportunidades laborales, y disminuyen la confianza que tienen los jóvenes hacia las instituciones educativas, lo que afecta su desarrollo personal.

En primer lugar, la corrupción en el sector educativo se manifiesta en sobornos para el otorgamiento de calificaciones de aprobación, la venta de títulos y certificados, así como el desvío de recursos que son destinados exclusivamente a infraestructura educativa, o programas educativos , que terminan en manos de funcionarios corruptos, el cobro de cuotas escolares en planteles educativos públicos, además de la contratación de docentes por conexiones y favores políticos y no por méritos y conocimientos, lo que provoca que en el sistema educativo ya no exista el mérito y el esfuerzo, sino el favoritismo, afectando así la formación de las y los jóvenes.

En segundo lugar, genera una falta de confianza en las instituciones educativas, lo que puede llevar al desinterés de los jóvenes por los asuntos públicos, o incluso la política del país.

En tercer lugar, los empleos pueden no conseguirse por talento o preparación, es decir meritocracia, sino por contactos personales o sobornos, lo que desalienta a los jóvenes a buscar un futuro basado en el esfuerzo y la dedicación.
En cuarto lugar, aumenta la desigualdad, pues la corrupción suele beneficiar a solo unos pocos, limitando el acceso de los jóvenes a una educación de calidad, sin dejar a un lado que son los jóvenes que viven en condiciones de marginación, los más vulnerables, esto debido a que cuentan con menos recursos para enfrentar un entorno corrupto. Por lo tanto, las prácticas corruptas contribuyen a que se agudicen las desigualdades, dificultando el acceso a la educación de los más vulnerables, entonces, la corrupción podría contribuir a la marginación económica de los jóvenes.

Corrupción educativa: un problema estructural

En definitiva, la corrupción limita la educación, las oportunidades de empleo y confianza en el sistema, por lo que combatirla es importante para garantizar oportunidades para las nuevas generaciones. La educación es un derecho que debe ser garantizado por el Estado, está consagrado en nuestra Carta Magna, sin embargo, la corrupción amenaza la igualdad de acceso a la educación, por lo cual, el identificar las diferentes prácticas corruptas en el sector educativo y conocer sus efectos, es necesario para así concientizar a los jóvenes sobre la importancia de implementar políticas anticorrupción en materia educativa, para de este modo, desarrollar estrategias que ayuden a la erradicación de este tipo de prácticas.

En general, la corrupción tiene un efecto perjudicial en todos los ámbitos de la sociedad, sin embargo en materia educativa, tiene graves impactos económicos y sociales, que se hacen visibles de forma inmediata y también a largo plazo. En muchos países, los jóvenes perciben que la tasa de desempleo se atribuye en parte a la corrupción (Majadibodu 2024), la desigualdad de condiciones que provoca la corrupción podría generar en los jóvenes un hartazgo o rechazo hacia el gobierno, además de desencadenar un círculo vicioso, ya que uno de los factores de vulnerabilidad de los jóvenes a los efectos de la corrupción, es su acceso más limitado a la educación.

La relación de los jóvenes con la corrupción no debe limitarse exclusivamente a su papel de afectados, si no más bien, a su capacidad de participar en políticas públicas y programas anti-corrupción, que implementen los gobiernos, A.C., Organizaciones Autónomas, ONG´S, puesto que su participación podría tener un efecto considerable respecto de los esfuerzos de la sociedad para combatir actos de corrupción.

Transparencia Internacional (2014) hizo público un manual en el cual se enumeran 15 formas en que los jóvenes activistas pueden promover la lucha contra la corrupción. Por otro lado, la Junta Asesora Juvenil Sobre Integridad YouthLED de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), formada por jóvenes representantes de 23 países, publicó el documento “Taking action against corruption, step-by-step guide by youth for youth”, (2024) en el cual se describen 10 pasos a seguir para que los jóvenes activistas creen iniciativas para combatir la corrupción.

A saber, la guía paso a paso de youth for youth, para tomar medidas contra la corrupción, entre varios aspectos, propone que los jóvenes participen activamente en movimientos anticorrupción para conocer sobre el tema y cómo la corrupción afecta a la sociedad en su conjunto, además de los tipos existentes, posteriormente, propone a los jóvenes, elegir un enfoque, que funja como un punto de partida para comenzar a involucrarse en los asuntos que conciernen a toda la sociedad en su conjunto.

De víctimas a protagonistas del cambio

A manera de conclusión, es posible advertir que, la persistencia de la corrupción en cualquiera de sus formas, dentro del ámbito educativo, puede provocar que los jóvenes se vean afectados en el acceso a la educación, cuando un joven es víctima de un acto de corrupción, su percepción y confianza hacia las instituciones educativas se ve afectada, es decir, a medida que experimentan o que han sido víctimas de algún hecho de corrupción, su confianza en el Gobierno disminuye, afectando considerablemente la legitimidad de las instituciones y las autoridades educativas.

Los distintos tipos de corrupción que permean el sector educativo del país, surgen a través de actores que, mediante conductas mencionadas líneas anteriores, influyen en el derecho de los jóvenes de tener acceso a una educación gratuita y de calidad, así como a infraestructura educativa en buen estado.

Finalmente, es importante mencionar la necesidad de que los jóvenes participen en las decisiones del gobierno, y al mismo tiempo, exijan a las autoridades educativas una efectiva transparencia y rendición de cuentas, a través de la publicación de presupuestos otorgados a las instituciones educativas, para así evitar el desvío de fondos. Además, la participación de los jóvenes que han sido víctimas de presión, sobornos, amenazas, etc., presentando las respectivas denuncias de este tipo de prácticas corruptas, es transcendental. Lo anterior, por parte de los jóvenes, sin embargo, las autoridades juegan un papel importante en la erradicación de estas prácticas, pues es su labor crear mecanismos seguros para que víctimas de actos de corrupción denuncien, asimismo deben fomentar una cultura de integridad en los jóvenes dentro de las instituciones educativas y sancionar más severamente a quienes sean partícipes de actos de corrupción en el sector educativo.

Lo anterior, con el propósito de que sociedad y gobierno, a través de estas acciones y en un esfuerzo en conjunto, logren garantizar el acceso a una educación de calidad de las y los jóvenes en el país.

Autor: Martha Laura Ochoa Sánchez, alumna de 4to semestre de la maestría en Gobierno y Administración Pública

BIBLIOGRAFÍA

Transparencia Internacional, Índice de Percepción de la Corrupción (Indice de Percepción de Corrupción) Disponible en: https://www.transparency.org/en/cpi/2024 

Cárdenas, J; 2005. Estado de derecho y corrupción. En: Estado de derecho y corrupción. México: Porrúa : Universidad Nacional Autónoma de México., p. 328.

Barómetro Global de la Corrupción 2019 de Transparencia Internacional: https://files.transparencycdn.org/images/Global-Corruption-Barometer-Latin-America-and-the-Carribean-2019-ES.pdf 

Majadibodu, M. 2024. Unemployed youth blame corruption, nepotism and stringent job requirements for hindering them from getting jobs.

Transparency Internacional. 2014. Kit Anticorrupción: 15 ideas para jóvenes activistas.
Disponible en: https://www.transparency.org/en/publications/anti-corruption-kit-15-ideas-for-young-activists

Taking action against corruption, step-by-step guide by youth for youth. 2024.
Disponible en: https://grace.unodc.org/grace/en/youth-empowerment/taking-action-against-corruption---a-step-by-step-guide-by-youth-for-yout.html

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