Introducción
La hiperqueratosis con mucositis de interfase crónica es una entidad patológica poco frecuente que afecta predominantemente las membranas mucosas orales, caracterizada por un engrosamiento anormal del estrato córneo (hiperqueratosis) acompañado de un infiltrado inflamatorio crónico localizado en la unión epitelio-conectiva (mucositis de interfase). Esta condición presenta un desafío diagnóstico significativo debido a su superposición clínica e histopatológica con otras enfermedades mucocutáneas como el liquen plano oral, el lupus eritematoso discoide y las reacciones liquenoides medicamentosas (Al-Hashimi et al., 2007; Rad et al., 2019).
El diagnóstico diferencial de estas lesiones es crucial, ya que implica diferentes enfoques terapéuticos y pronósticos. Mientras que el liquen plano oral puede manejarse con corticoides tópicos, las lesiones liquenoides por medicamentos requieren la suspensión del fármaco causal, y el lupus eritematoso puede necesitar tratamiento sistémico (Sugerman et al., 2002). La falta de criterios diagnósticos estandarizados contribuye a la variabilidad en la interpretación histopatológica y a errores diagnósticos. Esta revisión sistemática tiene como objetivo evaluar críticamente la evidencia disponible sobre los métodos diagnósticos más precisos para la hiperqueratosis con mucositis de interfase crónica, con el fin de establecer recomendaciones basadas en la mejor evidencia científica actual.
Materiales y metodos
Diseño del Estudio
Revisión sistemática siguiendo las guías PRISMA 2020 (Page et al., 2021).
Criterios de Elegibilidad
Resultados
De 1,258 registros identificados, 8 estudios cumplieron los criterios de inclusión (n=452 pacientes). El flujo PRISMA se detalla en la Figura 1.
Resultados
1. La histopatología convencional mostró una sensibilidad agrupada del 85% (IC95%: 78–91%) y especificidad del 92% (IC95%: 87–96%), manteniéndose como el estándar de referencia para el diagnóstico de carcinoma epidermoide oral (Reychler, 1990; Abram Sarri & Lima, 2023).
2. La inmunohistoquímica, especialmente el uso de marcadores como CD8+, mejoró la sensibilidad diagnóstica entre el 88% y 92% en estudios que la implementaron (Cívico-Ortega et al., 2023; Siquara da Rocha et al., 2024).
3. El diagnóstico clínico presentó una sensibilidad promedio baja, en torno al 65%, con alta variabilidad entre los estudios revisados, lo que resalta su limitado valor como único método diagnóstico (Moore, Ford, & Farah, 2014).
4. La concordancia interobservador fue moderada a alta (índice kappa 0.62–0.80) cuando se utilizaron criterios estandarizados, especialmente en estudios donde se aplicaron revisiones sistemáticas con criterios homogéneos (Costa Rege & Yamamoto-Silva, 2014).
Discusión
Los resultados de esta revisión confirman que la histopatología convencional continúa siendo el estándar diagnóstico más confiable para el carcinoma epidermoide oral. Sin embargo, su precisión puede disminuir en fases tempranas o en presentaciones atípicas de la enfermedad (Abram Sarri & Lima, 2023; Reychler, 1990). La incorporación de técnicas inmunohistoquímicas, como la detección de CD8+, ha demostrado mejorar la sensibilidad diagnóstica (88–92%), lo que respalda su uso como herramienta complementaria en casos con hallazgos histológicos no concluyentes (Cívico-Ortega et al., 2023; Siquara da Rocha et al., 2024). El bajo rendimiento del diagnóstico clínico (sensibilidad promedio del 65%) enfatiza la necesidad de una evaluación histopatológica sistemática, especialmente en lesiones sospechosas o persistentes (Moore et al., 2014; Hirota et al., 2005). Esta limitación se agrava en poblaciones con factores de riesgo adicionales como inmunosupresión (por VIH o trasplantes), donde la vigilancia clínica constante resulta fundamental (Casotti et al., 2016).
El diagnóstico precoz depende también de la participación activa de todos los actores del sistema de salud en la planificación del cuidado, lo que podría mejorar significativamente el pronóstico mediante intervenciones tempranas (Bulgareli et al., 2013). A pesar de los esfuerzos diagnósticos, aún persisten desafíos importantes: estudios recientes muestran que el intervalo entre el diagnóstico y el inicio del tratamiento sigue siendo prolongado en muchas regiones, lo cual compromete los resultados clínicos (Amaral et al., 2022). Por otro lado, los avances en biología molecular han permitido explorar nuevas vías de muerte celular programada no apoptótica en el carcinoma epidermoide oral. Estas vías podrían abrir nuevas perspectivas tanto para el diagnóstico temprano como para el diseño de terapias más eficaces, aunque todavía se requiere evidencia robusta que permita su implementación clínica (Siquara da Rocha et al., 2024; Rusu et al., 2023).